No se pueden ustedes imaginar lo que me gusta esta sensación. Hoy me he despertado diferente. Para su sorpresa y la mía, no tengo por qué quejarme de nada.
Aquí estoy, en un descanso de estudio, sentada en un sofá a rayas, con un pie en alto para que baje la inflamación, observando un salón grande lleno de luz e impregnado de olor a ropa recién tendida. Pensando. Escribiendo. Es lo que más me gusta. Con una media sonrisa en una cara de enfermedad de varios días. Y en ese maravilloso salón, una tía estupenda. Esa soy yo. Todo un reencuentro conmigo misma. Encantada de volver a verme.
No me preguntes por qué, pero sé que este año todo saldrá bien. Y lo más importante, sé que en abril seré yo la que mientras doy las gracias, vea mil caras a la vez que paso desapercibida. Confía en mi. Yo lo hago.
Seguridad. Siempre fastidia su ausencia. Cuando la tienes, lo tienes todo.
¡Ah! Un regalito.
Buenos días,
Pilar L.Carmona