Antes de nada tengo que pedir disculpas, no por tardar tantísimo en escribir, ya saben que yo soy así, y para qué lamentarnos de algo cuya intención no es ser modificado. El motivo de mi disculpa es que hace algunas semanas estuve a un simple "click" de eliminar mi pequeño espacio de locura, esta segunda columna de paranoias y monomanías de escaso sentido. Y bueno, aquí estoy, volviendo a escribir, ahora comprendo cuando a veces me llaman "bipo".
Y abusando de mi bipolaridad, ahora agradezcan que vuelva a escribir, no por el hecho de leerme, que no es que yo me considere "monedita de oro" (me fascina esa expresión desde que se la escuché cantar a la Pantoja) sino porque son las 4:40 de la mañana, tengo un dolor de cabeza bastante considerable y un sueño tan sumamente inmenso que ni en "Insidious" lo conocen.
Pero bueno, aquí estoy para contarles una novedad, y es que soy un tía afortunada. Y se preguntarán por qué, es muy sencillo, ¡por fin creo conocer la clave! A veces desde las alturas no se ve todo tan claro, a veces hay que mirar desde abajo, o simplemente, mirar desde donde verdaderamente tus ojos no tengan que parpadear desesperados para encontrar la nitidez.
Últimamente he estado sorprendiéndome, y la verdad, los resultados han verificado lo que yo decía: ¡eureka!
Buenas noches, espero que hasta pronto y con los mismos ánimos. Aunque claro, recuerden..."bipo"
Pilar L.Carmona
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